Ruta circular por
Viene siendo tradicional para Harca,
realizar una subida a la Sierra
de Alcaparaín anualmente.
Después de la subida número XX, que se
hizo el año pasado, la tradición ha dado otra vuelta de tuerca a la visita a la
“montaña sagrada”, y nunca mejor dicho, pues este año en vez de subir (que
también hemos subido, pero menos) hemos rodeado la Sierra.
La cita para esta nueva travesía, no
pudo ser más acertada. A las 9 de la mañana de un domingo 7 de abril, en
principio fresco y algo nublado, nos reunimos unos 47 ilusionados senderistas,
mochilas al hombro y bastón en mano, en la Esquina de los Herreros, para reagruparnos a fin de llevar cuantos
menos vehículos hasta el Puerto de Málaga, lugar de inicio de este periplo.
El comienzo de esta ruta, en la balsa
contra incendios ya auguraba una travesía interesante, rodeados de montaña y
vegetación por doquier. No en vano, y después de un invierno gris y lluvioso
como pocos, las copiosas lluvias nos han regalado un paisaje de inigualable
belleza: bosques verdes y frondosos, pintando de verde la sierra de caliza gris
creando un contraste de película.
El camino es sencillo y bien
delimitado, de difícil pérdida, y el amplio grupo que formábamos fue
disgregandose desde el principio, pues unos avanzaban más rápidos que otros, aún
así, debido a la temperatura ideal, nadie iba con la lengua fuera, pues no
hacía ni calor ni frio.
Conforme iba levantando el día, las
nubes dieron paso a un cielo azul intenso y a una temperatura perfecta, lo que
subió aún más los ánimos y el buen ambiente. Algunos iban charlando
animadamente, otros observando el paisaje, una pastor alemán de nombre Laika
acompañaba al grupo haciendo el recorrido como uno más y otros, con alma de
cazadores-recolectores, buscaban espárragos mientras hacían el camino. Algunos probamos por primera vez los cardos,
pues Juan, navaja en mano y buen conocedor del campo, nos dio a probar este
alimento que nos da el campo, que a algunos entusiasma y a otros, como a mí,
nos dejó la boca un poco rara.
Desde el lugar donde nos encontrábamos se
divisa perfectamente el paisaje que caracteriza este entorno, con los embalses
al frente, ahítos de agua, impresionantes y hermosos.
Subimos por Arroyo conejos hacia Puerto
Martínez donde hicimos nuestra primera parada para desayunar alrededor de las
11, allí además de saciar el apetito, nos hicimos las fotos de grupo de rigor,
posando primero las damas y después los caballeros.
Continuamos el camino, campo a través,
o mejor dicho, bosque a través, pues atravesamos un bosque de pinar hermoso con
bastantes piedras en el camino pero con unas vistas increíbles, desde lo alto
del camino podía contemplarse Casarabonela al frente, muy cerquita, y hasta
donde alcanzaba la vista, se veían los pueblos de Pizarra y Alora, la Maroma y hasta los picos
nevados de Sierra Nevada.
Algunos ya empezaban a estar cansados,
después de 4 horas de camino, cuando alrededor de las dos paramos en un lugar
tranquilo y con sombra debajo de un enorme alcornoque a almorzar. El lugar para
descansar provocó algún que otro debate, debido a su hermosura, y algunos
debatían de si el sitio pertenecía a Carratraca o a Ardales, comentando algunos
que alcornoques como el que nos cobijaba en ese momento no había en Ardales, y
contestando otros, entre bromas, que los
habia pero de dos piernas……
Después de comer el camino ya era de
bajada, siendo algo más liviano, aunque ya se iban notando los 20 km de recorrido que
llevábamos en el cuerpo. Ya con el pueblo de Carratraca en frente, ibamos
terminando el circuito circular que finalizó sobre las 4 de tarde, después de 22 km a pie por un sendero de
belleza impresionante, un dia perfecto de abril como pocos.
Y otro año más, Harca visita su
montaña sagrada, con un recorrido nuevo, eso sí, pero con ganas de disfrutar
del paisaje privilegiado de la zona y de la compañía de nuestros amigos, como
es tradición.
FOTOS: Juan Duarte.
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