sábado, 17 de septiembre de 2022

                                          Baño en el Charco la Olla

El tradicional baño en el charco de la olla, se realizó el 9 de julio, a principio del verano cómo viene siendo habitual, para garantizarnos de que tiene un buen nivel de agua el río y que la corriente corre con fluidez.

Entre socios y amigos de Harca, este año 2022 hemos sido 26 personas las que hemos participado de tan refrescante y entrañable actividad.


Quedamos en la Esquina de los Herreros, punto habitual de encuentro. Allí, ¡cómo no!, teníamos que inmortalizar la foto para la posteridad.
Aunque la ruta para llegar a nuestro destino, se suele hacer cuando el sol empieza a avanzar pausadamente hacia el ocaso, siempre hace calor El astro rey brilla poderoso en esta época y reina sobre el firmamento impoluto de nubes, pintado de celeste permanente.


Atravesando las huertas del Molino de "Enmedio", Ardales a nuestra izquierda poco a poco se va alejando.


Vigilante, quieto y pausado, el Espantapájaros entre las plantaciones hortelanas, nos saluda. No sabemos si cumplirá con su cometido, ante los cada vez más escasos pájaros que van quedando, pero lo que si es cierto es que pone una nota peculiar y del pasado, en unos campos más mecanizados y envenenados por el uso abusivo de plaguicidas. ¿Donde están los cigarrones? y ¿los grillos de las noches de verano?


El Charco de la Olla, el año pasado fue acondicionado por el ayuntamiento de Ardales, gracias a la sugerencia de nuestro amigo Paco Ortíz, que recogió su propuesta. Limpiándolo de matorrales y zarzas, creando una explanada en una de sus orillas, y extrayendo el gran tronco que estaba clavado en su centro. Ofreciendo el magnifico aspecto de una piscina natural.


Cómo siempre, unos se bañaron y otros se quedaron en la sombra viéndonos a los que nos bañábamos y echando fotos o entretenidos en sus conversaciones.


Cuando el sol se despidió de nosotros, llegó el momento para algunos de salirnos del agua, y es que aprovechamos el tiempo con la intensidad de hacer las cosas, cómo si fuera la última vez.
Después vino la cena, a la orilla del río y fiel a su cita con Harca, allí acudieron las ranas a deleitarnos con su concierto anual, a las que se unieron algunas chicharras para que el recital fuera completo.
Para completar la jornada y grabarla en el recuerdo nos echamos la foto a orillas del Charco. ¡Otra costumbre!.


Después vuelta al pueblo, envueltos en el polvo del camino y los olores característicos de las plantas de ribera, arropados por la noche y la imagen de Ardales con la iluminada peña.

La felicidad no es eterna, pero está llena de muchos momentos felices y siempre la realidad es cómo cada uno la percibe. 

Texto y Fotos: Juan Duarte Berrocal.

                           Ruta Nocturna (fuente de Garzón).