martes, 30 de octubre de 2012

** VOCABULARIO POPULAR**


VOCABULARIO POPULAR ARDALEÑO
 

                Aquí van algunas de nuestras palabras. Unas las decimos tal cual vienen en el diccionario; otras las deformamos  (economía lingüística, que se llama) y otras no sé quién se las inventó, pero ahí están. Podéis proponer más, siempre que las busquéis antes  en el diccionario y sean propiamente ardaleñas.

  • Estar guarnío: estar muy cansado.

  • Estar plantao: estar muy cansado.

  • Se armó un esparrúo de niños: muchos niños se dispersaron.

  • Planchaneta: aplanada. “Me comí una naranja planchaneta”

  • Espelucos: escalofríos (viene de espeluznos)

  • Espeluzao: despeinado, con el cabello desordenado (viene de despeluzar o despelucar)

  • Ponerse en pinini: ponerse de puntillas.

  • Cesnuarse: deformación de desnudarse.

  • Ir ancá mi prima: Ir a casa de mi prima.

  • Poyete o poyo de la cocina: encimera.

  • Cococho: galleta formada de barquillo y crema seca de coco .

  • Roílla o ruílla: Trapo de la cocina (viene de rodilla)

  • Estar aviao: estar rodeado de dificultades (de aviado)

  • Zupitipando: Mareo

  • Moicón: puñetazo

  • Añiura: deformación de añadidura (lo que se echa de más una vez pesado un producto)

  • Sacramentera: la mujer que está siempre quejándose.

  • Pilancón: abrevadero (existen “pilar” y “pilón”, puede ser que de la unión de estas dos palabras haya salido nuestro “pilancón”).

  • Zambaleo: tirar cosas inservibles cuando se hace limpieza.

  • Pechá: (de “pechada”) hartazgo (¡Qué pechá de reír)

  • Esaborío: deformación de “desabrido”= fruta con poco sabor, persona de trato desagradable.

  • Mijilla: un poco (dame una mijilla de pan; coge al niño una mijilla)

  • Llaveando (ahí voy llaveando): arreglárselas.

  • Encaramarse: subirse a algún sitio agarrándose (escalera, árbol...)

  • Espahnúa: espada desnuda (le temo más que a una espahnúa)


  • Espanchurrao: (de despachurrar o despanchurrar) Aplastar algo sacándole lo de dentro.

  • Chonío: chuchurrío, mustio.

  • Chuchurrío: mustio.

  • Canco: persona o monstruo que asusta a los niños

  • Papú: Lo mismo que canco (en el diccionario es “procedente de la Papuasia”)

  • Esmochao: (de desmochar: quitar la parte superior de algo, dejándolo romo)

  • Purriana: paliza

  • Goleora: la persona entremetida.

  • Hartible: pesado (¡mira que eres hartible!)

  • Pingarra: mujer de modales vulgares que habla gritando.

  • Pingoneo: Irse de pingoneo: salir a la calle a divertirse.

  • Potranquear: Estar  en la calle en lugar de en la casa de uno, como un potro, de un lado para otro.

  • Chiripa: “Por chiripa no le toca”: por poco no le toca.

  • Puñetera: molesto, fastidioso, cargante. (Viene en el diccionario)

  • Pirriaque: bebida alcohólica (A ese le gusta mucho el pirriaque)

  • Iguillao: idiota, tonto

  • Ganchá: hacer un trabajo bien hecho y sentirse satisfecho (Hoy he dado una buena ganchá)

  • Patulea: muchedumbre de niños. (Está en el diccionario)

  • Chuminá: tontería (Viene en el diccionario)

  • Birria: de poco valor, mamarracho. (Viene en el diccionario)

  • Cachaza: lentitud en el modo de ser o actuar

  • Camelma: Tranquilidad y calma al hacer las cosas. Puede ser una derivación de calma. Se usa de modo despectivo: Anda que tienes camelma.
 
Recopilación realizada por Mª Isabel Duarte Berrocal.

viernes, 26 de octubre de 2012

.VIAJE A LA SEVILLA MEDIEVAL CRONICA.


A los viajes hay que dejarlos reposar, como al arroz,  para paladear  todo su sabor. El viaje a Sevilla ha estado repleto de información, de imágenes, de anécdotas, de sabores, de andanzas… Solo varios días más tarde está una preparada para decir: “ha merecido la pena, lo volvería a hacer”.
 

            Ya querían quebrar albores los gallos cuando partimos  47 personas de la consabida esquina de Los Herreros rumbo al amanecer. En dos horas habíamos llegado a nuestro destino, con una mañana de temperatura agradable, que se mantuvo a lo largo de todo el día. (Primer punto a nuestro favor).
 

            Frente al Palacio de San Telmo, residencia de los duques de Montpesieur (los padres de la famosa Mª de las Mercedes, breve esposa del rey Alfonso XII) nos encontramos con nuestros amigos y anfitriones Manolo y Dolores, que nos fueron guiando hacia los Reales Alcázares mientras nos comentaban los diversos edificios y calles por donde pasábamos, dígase el Archivo de Indias, el Hotel Alfonso XIII, la Capilla de Ntra. Sra. de María de Jesús, la primera capilla de la Universidad.


Allí nos esperaba Rocío, una simpática guía que nos explicó con multitud de detalles los elementos arquitectónicos del palacio mudéjar, construido por orden de Pedro I, el Cruel y completado con estilo renacentista más adelante.  En él asistimos a través de las palabras de Rocío a bodas, banquetes, recepción de embajadores, nacimientos, baños y conocimos a artesanos de tapices con ganas de cachondeo cuando España era  el centro del mundo.


En la entrada nos llamó la atención el friso de la portada decorado con azulejos blancos y azules donde, quien lo sepa, puede leer cuatro veces “Alá es el único vencedor”. En la sala de la Justicia, una fuente en el suelo deja transcurrir mansamente su agua hacia el estanque del patio donde se refleja la única pared del palacio del Yeso (almohade) que quedó destruido por un terremoto.
 

Pasamos a un sorprendente  patio alicatado  donde ya pudimos comprobar los dos estilos: mudéjar en la planta baja y renacentista en la superior. En ella destacan los medallones con el perfil de Carlos I e Isabel de Portugal, la dama que pasaba por ser la mujer más hermosa de su tiempo por encarnar el prototipo de la belleza renacentista. Fue allí donde se casaron los Reyes, de ahí que se les represente mirándose con ojos enamorados.


La Sala de Embajadores presenta como curiosidad las enormes puertas decoradas y las más pequeñas abiertas en ellas, para hacer doblegar la cabeza a los embajadores díscolos.  La decoración y disposición del techo representa el cielo, el suelo la tierra y don Pedro el centro del universo, pues se supone que se sentaría en medio del salón.

En el Patio de las Muñecas, por las caritas labradas en los arcos, vimos las muestras de lo que es la historia: columnas romanas procedentes de Itálica, que hicieron un viaje a Medina Azahara para volver a suelo bético para un palacio cristiano.
 

Estuvimos admirando la alcoba donde nació el príncipe Juan, hijo de los Reyes Católicos y otras salas donde se nos destacó el decorado con escenas de cetrerías y pavos reales.

Al salir al llamado Jardín inglés nos llamó la atención una galería de paseo de estilo grutesco (siglo XVII), en lo que era la antigua muralla defensiva del palacio. Se trata de incrustaciones de piedra parecida a las de las grutas, de ahí su nombre y su efecto barroco y salvaje.
 

Nos enteramos de que una tal Mª de Padillas, amante de Pedro I, se bañaba en unos baños que después fueron cubiertos con bóvedas de crucero. El efecto que hacen al reflejarse en el agua como un espejo es alucinante, no se sabe cual es el reflejo y cual lo reflejado. Al fondo, de nuevo, el grutesco. ¡Qué suerte la de María, de poder disfrutar de un baño en ese entorno!
 

Y como curiosidad, también estuvimos en el lugar donde se celebró el banquete de bodas del emperador Carlos I, perteneciente al palacio gótico, anterior al mudéjar. De admirar es la cerámica de los zócalos, del Renacimiento. En el Salón de tapices penden las copias  del siglo XVIII de los originales donde se conmemora la conquista de Túnez.

El siguiente edificio que visitamos fue la catedral, construida sobre la mezquita de la ciudad, como era habitual en la época. Una obra admirable, el tercer templo cristiano más grande de la cristiandad, que te deja sin palabras, solo hay que verlo de arriba abajo y dar gracias a Dios por tenerlo tan cerca. Únicamente anotaré algunos detalles que me llamaron mucho la atención: los 117 sitiales de la sillería del coro; el mausoleo con los cien gramos de Cristóbal Colón (¡oh vanidad de vanidades!); el pendón de Fernando III que ondeó sobre la Giralda (antiguo minarete de la mezquita) cuando conquistó Sevilla; las magníficas pinturas de Murillo, concretamente la Visión de San Antonio, en la capilla bautismal, lienzo que fue recortado e hizo un viaje a Nueva York para ser vendido a un anticuario pero que fue devuelto y restituido a su sitio, y las de la Sala Capitular; Nuestra Sra. de la Antigua, ocupando el lugar reservado en la mezquita al Corán.

Como contraste la pequeña pero intensa Iglesia del Salvador, una joyita del barroco.

A estas horas estábamos ya hambrientos de comida pues de cultura íbamos repletos. Manolo nos indicó varios sitios donde saciarnos y la verdad que estuvo muy acertado: sabores excelentes los de la cocina sevillana. La parada en las confiterías La Campana y San Pablo era de rigor. Ya con las fuerzas repuestas partimos para dar un largo paseo hacia la Plaza de Toros, la Real Maestranza, y siguiendo la margen del río acercarnos a la torre del Oro, que con su peculiar nombre alimenta todo tipo de leyendas. A estas alturas, los benjamines de Harca, Sara y Julio Juan, estaban echándose una siesta en sus carritos. Atravesamos los jardines que constituyen el pulmón de Sevilla, el Parque de Mª Luisa, lo que fue la zona de caza de la realeza, para desembocar en la Plaza de España, tan original en su trazado semicircular (una víctima más de los presupuestos mal calculados), construida para la Expo del 29. ¿Dónde nos paramos todos los ardaleños? Ante el mapa de Málaga porque en él aparece nuestro pueblo. A continuación la Plaza de América, rodeada del pabellón de caza, el Museo de artes y costumbres populares, el Museo de arte contemporáneo y el arqueológico.
 

Con la tarde en pleno apogeo de luz y color, con ese vientecillo suave del sur, partimos de regreso. El cuerpo cansado, el espíritu satisfecho, nuestra cultura ampliada y los lazos de amistad y buen entendimiento renovados.

Durante el viaje fui tomando notas de todo lo que veíamos y con ellas he elaborado esta crónica que no pretende ser una guía turística, por lo que puede que contenga algunas inexactitudes. Disculpadlas. De lo que estoy segura es de que pasamos un día memorable.

                                                                   Crónica: Mª Isabel Duarte Berrocal

           


 
 
Fotos: Alfonso Martinez, Francisco Berrocal y Juan Duarte.

jueves, 4 de octubre de 2012

.VIAJE CULTURAL A SEVILLA.

 
 
 
 
 
 
VIAJE A SEVILLA: Saldremos a las 7 de la mañana del sábado 13 de Octubre. deberemos ir desayunados o llevar algo de comida ya que no pararemos hasta que no lleguemos a Sevilla. Se ha contratado los servicios de una guía, por lo que en todo momento iremos agrupados y siguiendo las instrucciones que se nos den. La comida será por libre. .Las personas mayores que no sean socias deberán abonar 25 euros y si son menores de 16 años 15 euros. Es importante llevar los DNI, carnés de estudiantes, (quien lo sea), o tarjeta de desempleado. Ya iremos dando más información en el blog de Harca, y si tenéis alguna duda me podeis mandar un mensaje a través de Facebook