lunes, 22 de mayo de 2023

                                                        VIAJE CULTURAL A JAÉN





 

6 de mayo de 2023. Socios de Harca y otras personas que se habían inscrito nos reunimos para una visita guiada por la ciudad de Jaén. Volvimos al lugar de partida sobre las 21:20, casi catorce horas de excursión de las que algo más de seis estuvimos en el autobús, completo, con una parada de casi media hora para el desayuno. También tuvimos la suerte de que el guía contratado fuese realmente cercano y buen conocedor de aquello que nos mostraba y explicaba.



Como en el Museo Provincial nos obsequiaron a cada uno con una bolsa con un tarrito de aceite y varios folletos (algunos, libritos) que explicaban lo que habíamos visto o íbamos a ver, me parece innecesario dar detalle de lo mucho que la visita nos deparó: los baños árabes en el palacio de Villardompardo; el archivo provincial en el convento de Santo Domingo; el refugio antiaéreo, que según el guía se adecuó aprovechando las criptas de una iglesia; el Arco de San Lorenzo, con su leyenda de fantasmas que incluso hoy hace sentir escalofríos; los museos iberos y provincial, con sus impresionantes colecciones de escultura ibera; el Hospital de San Juan de Dios o el Palacio del Condestable Iranzo. Por supuesto, la Plaza de Santa María, donde el Ayuntamiento neoclásico y neobarroco y el Palacio Episcopal flanquean a la imponente Catedral de la Asunción, con sus pasadizos secretos que harían las delicias de cualquier niño y, por qué no, de cualquier adulto, y que además conserva una de las grandes reliquias de la cristiandad: el Lienzo del Santo Rostro.





Historia, civilización y arte. Pero también los pobladores de tierras y tiempos que nos parecen remotos. Esas son las patas de la mesa en torno a la que debemos sentarnos para trazar el camino que seguir.



Antes de esta visita yo sabía muy poco de la ciudad de Jaén: que para el tapeo no desmerecía en absoluto frente a Granada o que la provincia produce el 20 % del aceite de oliva del mundo.



Tuve ocasión de comprobar, a la hora de la comida, que lo del tapeo es cierto: tapas exquisitas, abundantes, a muy buen precio y de las que se sienten tan seguros quienes las ofrecen que el consumidor no tiene que molestarse en pedir: encarga la bebida y, con ella, le servirán esa pequeña porción de comida que permite saborear varios platos en lugar de uno o dos.



Me asombraron, sin duda, las esculturas iberas. Los españoles tenemos la costumbre de pensar, con demasiada frecuencia, que las cosas importantes o más interesantes ocurren fuera, y no es así. Estas esculturas, tal vez de influencia fenicia, acreditan que en esta piel de toro que hoy llamamos España, o España y Portugal, funcionaban ciudades y una civilización que deben hacernos sentir orgullosos. Vale que los romanos nos conquistaron, pero vale también que dos de los más grandes emperadores de Roma, Trajano y Adriano, eran hispanos, aunque el segundo no de nacimiento. También Séneca era hispano y grande fue su influencia tanto en la política de su tiempo como en el pensamiento futuro.




A la vuelta, por supuesto, a arreglar el mundo con mi compañero de asiento en el autobús. Una jornada memorable y que puede servir de base para otras. Tenemos que conocer lo nuestro, no solo lo más cercano, para saber quienes somos y sacudirnos esa peste de leyenda negra que con tanto éxito fabricaron los enemigos de nuestra España, faro de la civilización.





Crónica: Juan Manuel Bernal Berrocal                              Fotos: Juan Duarte Berrocal