Velocidad y ansiedad en el grupo de cabeza, que provocaría la ruptura del pelotón en los primeros embates.
Bautizo de saldo en el arroyo del conejo, ante la ausencia del oficiante oficial.Novedosas maneras de subir y bajar de Alcaparain, un coche nos lleva a lo alto por el carril de Capellán y solo nos quedan 30 minutos andando para coronar el pico, para niños pequeños o piernas maltrechas perfecto.
Aunque parezca obvio hay que seguir insistiendo, hay que ir con ropa y calzado adecuado, y sobre todo impregnados con el espíritu de disfrute del entorno, la contemplación pausada y la charla distendida, conocer y que nos conozcan.
En definitiva un día para fundirnos con la naturaleza más agreste que en esta ocasión contó con la participación de 53 personas, cifra nada desdeñable en estos tiempos acomodaticios que corren.
La bandera de Harca ondeó en la cima por vez primera, esperando que esta imagen, se repita durante muchos años, al menos esta es nuestra esperanza, cuando llega la primavera.
Fotos: Alfonso y Juan Duarte. Crónica: Juan Duarte.
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