jueves, 10 de mayo de 2012

VIA VERDE DE LA SIERRA: CAMINA O REVIENTA. LA CRONICA.

En esta nueva jornada de Harca, nos aventuramos a realizar el archiconocido recorrido de la Vía Verde de la Sierra que recorre un total de 36 Km. por el antiguo trazado ferroviario Jerez-Almargen y que une las localidades de Puerto Serrano y Olvera.

Para emprender esta nueva andadura, y lo digo con mayúsculas, porque andar, señores, nos hartamos, nos reunimos en el tradicional punto de encuentro a las 8 de la mañana (madrugando un domingo para andar,lo nuestro son ganas y lo demás son tonterías). La suerte nos acompañó en cuanto al buen tiempo, pues no había previsiones de lluvia y el día se nos presentaba soleado y con clima primaveral perfecto.
Cuarenta y dos personas de todas las edades y sexos montamos en autocar dirección a Coripe, trayecto que realizamos entre charlas y risas, admirando la belleza del campo en primavera por las ventanas del autobús.
El final del trayecto en autocar fue menos ameno, pues el camino se iba haciendo cada vez más sinuoso y las curvas cerradas y el calor empezaron a hacerse  notar, de tal suerte que algunos terminamos algo mareados aunque no hubo que lamentar ningún mareo consumado.
Ya en Coripe, y antes de empezar la andanza, hicimos buena cuenta del desayuno tranquilamente, ignorantes por completo de la enorme caminata que  nos aguardaba.
De los 36 kilómetros que conforman la vía verde de Olvera, realizamos con éxito, calor y voluntad un total 24 kilómetros que no son pocos, empezando en la Estación de Coripe, donde desayunamos, y terminando en la Estación de Olvera, ambas hoy día reconvertidas en restaurantes y zonas de ocio.
Sin prisas, pero sin pausa empezamos el recorrido por el sendero, bien delimitado, pasando por 22 túneles de distinta longitud y siguiendo el curso de los ríos Guadalete y Guadalporcún (bonito nombre para un río, si señor).
 En la estación de Zaframagón hicimos una parada técnica para reponer fuerzas y descansar un poco, pues ya el calor se iba notando. Esta Estación ha sido reconvertida en Aula de la Naturaleza, con un pequeño observatorio enfocado al Peñón de Zaframagón, un escarpe calizo de considerables dimensiones y belleza excepcional declarado Reserva Natural y que alberga la mayor colonia de buitres leonados de toda Andalucía.
A mitad de camino ya estábamos gran parte de los viandantes, preguntando como si fuésemos los niños pequeños cuando van de viaje en coche ¿cuánto falta por llegar?, ¿queda mucho?.
De vez en cunado nuestras charlas se veían interrumpidas por un "BICI¡¡¡" en señal de echarte a un lado que vienen bicis por detrás pues este sendero es realizado por peatones y ciclistas, aunque en bici supongo yo que se hará menos largo.
Cuando llevábamos unos 16 kilómetros las fuerzas empezaron a flaquear y sólo el pensar que nos quedaban al menos 8 kilómetros de calor y dolor de piernas nos hizo plantearnos que había que continuar por pantalones porque era más lo que llevábamos recorrido que lo que nos quedaba para culminar la meta y era o caminar o caminar, no había otra salida posible porque volverse para atrás no era ya viable.
Después del almuerzo, cansados como íbamos la representación británica de Harca y los más atletas reanudaron la marcha con gran celeridad, quedando más disperso el grupo, pues algunos ya no podíamos con nuestra alma y los niños, que habían hecho el camino siete veces para adelante y para atrás iban los pobres agotados.
De esta guisa, y reventados de andar fuimos llegando a cuentagotas a la Estación de Olvera, donde merendamos bastante orgullosos por la hazaña realizada.
Es de destacar que cinco de nuestros valientes, tuvieron que ser rescatados por la patrulla de apoyo de la vía verde, a escasos kilómetros de la meta pues el calor y el cansancio pudo con los más pequeños.
Y una vez más conseguimos nuestro objetivo, ha sido un viaje fantástico, un lugar muy interesante de conocer y como siempre una compañía inmejorable.
Sorprendentemente no tengo que lamentarme de agujetas esta vez, aunque sé de buena tinta que muchos de los participantes, van andando con las piernas abiertas de las agujetas que tienen desde entonces.
Crónica: Montserrat Perea Díaz.
Fotos: Alfonso Martinez y Juan Duarte.

1 comentario:

Margarita Bravo dijo...

Todavía siento escalofríos cuando rememoro cada paso de este día. Lo más emocionante para mí, lo que más me atrajo de esta Vía Verde desde el principio, es el halo de fascinación y misterio que significa para mí el sólo hecho de recorrer a pie un camino hecho para ser ocupado por unas vías de tren y para que éste pase por ellas. El tren, algo que me sigue atrayendo y que supera mi capacidad para expresar lo que me hace sentir. Y todo eso junto: una vía de tren sin vías y sin tren, un trazado hecho y abandonado (no sé ni imaginarme esos túneles tapados por maleza en sus entradas), y ese ir y venir sin fin de excursionistas que recorren a pie o en bici un ferrocarril "fantasma"...
Ya digo, son tantas cosas juntas, con tanto misterio, tanta historia, tantas circunstancias desconocidas para nosotros..., que me atraen y me superan. Mira que sufrí caminando los 24 kilómetros, mira que me dolía todo el cuerpo... pero mi mayor sensación seguían siendo escalofríos y admiración por lo desconocido.

Una verdadera y maravillosa experiencia. A quien le gusten los trenes, se la recomiendo... aunque eso sí, es mejor ir de Olvera a Coripe, que se va cuesta abajo.

Margarita Bravo Berrocal.