viernes, 8 de marzo de 2013

.CRONICA DE LA VISITA A LA NECROPOLIS DE LAS AGUILILLAS.


Las sensaciones de los días previos a esta actividad con la que Harca iniciaba el calendario senderista de 2013 no eran las mejores. Las previsiones meteorológicas apuntaban a un frío intenso y habían sido escasa las personas que se habían dirigido a mí para confirmar su asistencia o informarse del evento, por lo que presagiaba que nos íbamos a juntar cuatro gatos y otra vez citando a Felipe II , con un tono entre irónico y solemne iba a exclamar aquello de ¨Yo no mandé a mis naves a luchar contra los elementos¨ Así que cuando me desperté en la mañana del domingo 24 maldije el tener que abandonar el cálido lecho, pero por otra lado pensé que cuando se tiene la responsabilidad de dirigente hay que asumir el cargo con todas las consecuencias y hasta el final. Al salir a la calle empezaron las primeras sorpresas agradables, lucia un radiante sol sobre un cielo limpio de nubes y apenas se movía una brisa de viento. ¡vaya! por lo menos el día no está malo, pensé. Cuando subí con el coche y vi la de gente que habían acudido a la convocatoria quedaron hechos añicos los sombríos augurios que pronosticaba en mi interior. 46 personas dispuesta a empaparse de naturaleza y de historia. A partir de ahí fue todo miel sobre hojuelas.Tras aparcar nuestros vehículos junto al restaurante el Oasis, iniciamos la marcha por la carretera hasta adentrarnos por un carril que está en muy buenas condiciones y que va ascendiendo suavemente hasta llegar al cerro de las Aguilillas. El recinto donde se encuentran las tumbas neolíticas está vallado y existen unas paneles que ofrecen información ilustrada con imágenes, pues está proyectado en el futuro hacer visitas guiadas a cargo del Consorcio del Guadalteba. Pero en Harca tenemos la suerte de tener entre nuestros socios a Maria Isabel Rúiz que conoce el enclave mejor que su casa, ya que trabajó en la escuela-taller que realizó los trabajos de excavación del año 1994, y fue ella la que se encargó de adentrarnos en la vertiente histórica y en la vida cotidiana de las personas que excavaron aquellas tumbas.
Junto al pasado más remoto convive un pasado más cercano y para nosotros más trágico y que nos trae malos recuerdos de una guerra incivil que mejor sería olvidar para siempre. Allí están las trincheras y los nidos de ametralladoras para recordarnos la barbarie del hombre.Pero afortunadamente todo eso es pasado y nada vino a enturbiar la jornada festiva en la que convertimos nuestro paseo por las Aguilillas. Nos deleitamos de la amistad., del buen humor, de una naturaleza viva y presta a eclosionar y de unos cálidos rayos de sol que presagiaban la próxima primavera.










Crónica: Juan Duarte Berrocal
Fotos: Francisco Berrocal Gomez.

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