domingo, 5 de octubre de 2014

.CRÓNICA DE UN PASEO POR LA ORILLA DEL PANTANO.


CRÓNICA DE UN PASEO POR LA ORILLA DEL PANTANO.  
Esta actividad de Harca estaba prevista para el pasado 28 de septiembre, pero una lluvia bienvenida y abundante nos hizo trastocar los planes en parte, ya que los que se presentaron desayunaron en la Tienda del Turista, mientras veían caer el agua a través de la cristalera.
 La fecha fijada para el nuevo intento fue la del 5 de octubre, que este año ha coincidido con el veranillo del membrillo. Entre socios y personas invitadas que de vez en cuando se nos unen totalizamos 29. A esas horas de la mañana y con un ligero rocío sobre los campos la temperatura es ideal para pasear, porque dada las características del recorrido, era un grato paseo entre amigos.

 El primer tramo del recorrido a partir del kilómetro 1 transcurrió por la antigua carretera de Ardales a Ronda, en donde atravesamos un pequeño puente coqueto y de bonita estampa estética.



 Al llegar a la altura del cortijo Simón o san Miguel, como también se le conoce, y dando ya vistas al pantano nos desviamos a la derecha e iniciamos el paseo por su orilla. En una choza que el organismo competente ha construido como avistamiento de aves acuáticas, hicimos la primera parada que los que no iban desayunados aprovecharon para hacerlo,mientras un rebaño de ovejas nos cruzaron para ir raudas a beber.


 Reteniendo en nuestras retinas la belleza del paisaje, reanudamos la marcha entre medio de arbustos, pinos y eucaliptos y siempre con las aguas del pantano a la derecha. En su orilla nos echamos la foto oficial, la que posteriormente saldrá en el calendario, todo con el ambiente ameno y distendido con el que hacemos gala en nuestras actividades. Pero la dicha no podía de ser del todo completa, y dimos de bruce con las huellas de los vándalos, que pululan por todos los sitios mostrando su incivismo agrediendo a la naturaleza.





El próximo destino era la Raja del Boquerón, por lo que cerca de la desembocadura del arroyo Adelfoso, para no dar un rodeo más grande, semiencorvados tuvimos que atravesar una zona de tarajes, que para los niños supuso toda una aventura, y para otros que hace mucho tiempo que dejaron de serlo, también. Ya en la Raja del Boquerón, y como el nivel de las aguas ha bajado los suficiente, pudimos ver antiguos muros de piedra que en su día fueron casas labriegas habitadas por los romanos del valle del Turón y civilizaciones posteriores que labraron las fértiles tierras adyacentes al río, siglos antes de que el pantano lo anegara todo. Metiendonos en la lengua de tierra, que propiamente es la Raja del Boquerón, vimos un antiguo pilar semienterrado por los desprendimientos de tierra y piedra. Ya saciadas nuestra sed senderista, de naturaleza y de historia, por hoy, retomamos nuestros pasos por la antigua carretera y emprendimos el camino de regreso. El sol apretaba y nosotros nos refrescábamos planeando la próxima actividad de Harca y con las ilusiones renovadas.  
Crónica y fotos: Juan Duarte Berrocal.

1 comentario:

Margarita B. B. dijo...

Qué bonito reportaje. Las fotos son espectaculares. Me encanta.