Era un 2 de abril de 2016, cuando
de nuevo el grupo de Harca quedamos en el Esquina de los Herreros a las 9 de la
mañana para disponernos a una nueva caminata y sin saber lo nuevo que íbamos a
conocer.
Nos
acompañaba Pepe Berdugo, un tebeño afincado en Torremolinos, historiador y arqueólogo; que tuvimos el lujo
de escuchar.
Éramos 2
decenas de personas, de las cuales había una joven y dos menores; la mayoría
mujeres y no es que no haya hombres, pues en un bar de la plaza había muchos y
ni una sola mujer.
Nos
dispusimos en los coches hasta la antigua venta Verita, hoy Mesón Diego, donde
tomamos un buen desayuno en compañía.
Comenzamos
a andar subiendo y sintiendo aire tebeño
hasta llegar a “Los Castillejos”, donde
encontramos un antiguo asentamiento íbero, teniendo bajo nuestros pies señas de
la antigüedad (trozos de cerámicas por doquier). Desde allí podíamos ver restos
de las murallas, aunque a la vuelta, desde abajo se apreciaban mucho mejor.
Vigilándonos
desde las alturas con su majestuoso vuelo, los ojos del buitre.
Continuamos
campo a través hasta llegar a “La Torrecilla”, un lugar precioso con una torre
medieval que quieren conservar. Desde allí podían controlar lo que no veían
desde el Castillo “La Estrella” de Teba. Buen sitio para la foto de grupo.
Desde
allí hasta llegar a la “La Lentejuela”, donde comimos, pudimos bajar por un
olivar y atravesar campos de trigo y cebada, que me hicieron recordar cuando en
mi infancia jugaba con mis primos utilizándolos
como grandes alfombras donde tirarnos y tendernos, allí en el “Cerro del
Conde”.
Al mismo
tiempo pude diferenciar claramente entre estos dos cereales que a veces me
parecían iguales, gracias a mi marido que había convivido más con ellos.
Este
tramo resultó duro para algunas personas, pues parecía no acabarse esa fila como de hormigas que
formábamos.
En este
camino campo abierto, verde de primavera, con vista a Cañete y a Serrato, algo
que eché de menos fueron algunos animales (aunque ya hace tiempo que se ven
pocos por el campo), pues sólo vi unos pequeños negros que se llamaban
“Curitas” (nunca lo había escuchado). Sobre unos enterramientos del Neolítico, Necrópolis Megalítica, comimos disfrutando el descanso,
el bocata, la vista y la compañía.
No hay
mejor descanso que después de un esfuerzo.
Frente a
nosotros teníamos un escenario espectacular viendo desde lejos la sierra de Ortegicar,
Huerto Sagrado.
Pepe,
nuestro transmisor del saber, nos mostró magníficamente los distintos dólmenes
que por esas tierras de “La Lentejuela” se encuentran.
Nos
trasladó en el tiempo a 5000 años atrás; donde nuestros antepasados trataban
con dignidad los restos de sus familiares o clanes en su descanso de la
eternidad.
Nunca podía imaginar que tan cerca nuestra hubiera
esas piedras tan significativas.
Con este
final tan sorprendente, empezó la vuelta por otro camino; pasando por cortijos
en ruinas que si las paredes hablaran tendrían mucho que contar de lo vivido
por allá.
Paramos
en una era en la que Juan Duarte comentaba como podía recrearse lo que han
vivido algunos de ellos.
Cuando
llegamos al punto de partida donde estaban los coches, en la antigua venta
Verita, comentamos un poco de lo vivido, pareciendo haber andando más
kilómetros de los recorridos debido al tipo de camino; la mayoría por campos de
cultivo.
Allí nos
despedimos agradeciendo a Pepe el compartir con nosotros sus conocimientos y su
ser.
¡ Y hasta la
próxima !
Uno de mis
deseos es poder envejecer caminando por la vida.
Crónica: Villi Berrocal
Fotos: Juan Duarte
1 comentario:
Muy buen documento,precioso el paisaje,ami me hubiese gustado de estar ahí con vosotros.
Un cordial saludo.
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