viernes, 8 de abril de 2016

CRONICA DEL PASEO CULTURAL POR LOS CASTILLEJOS DE TEBA.




Era un 2 de abril de 2016, cuando de nuevo el grupo de Harca quedamos en el Esquina de los Herreros a las 9 de la mañana para disponernos a una nueva caminata y sin saber lo nuevo que íbamos a conocer.
Nos acompañaba Pepe Berdugo, un tebeño afincado en Torremolinos,  historiador y arqueólogo; que tuvimos el lujo de escuchar.
Éramos 2 decenas de personas, de las cuales había una joven y dos menores; la mayoría mujeres y no es que no haya hombres, pues en un bar de la plaza había muchos y ni una sola mujer.
Nos dispusimos en los coches hasta la antigua venta Verita, hoy Mesón Diego, donde tomamos un buen desayuno en compañía.

 
Comenzamos  a andar subiendo y sintiendo aire tebeño hasta llegar  a “Los Castillejos”, donde encontramos un antiguo asentamiento íbero, teniendo bajo nuestros pies señas de la antigüedad (trozos de cerámicas por doquier). Desde allí podíamos ver restos de las murallas, aunque a la vuelta, desde abajo se apreciaban mucho mejor.

Vigilándonos desde las alturas con su majestuoso vuelo, los ojos del buitre.




 
Continuamos campo a través hasta llegar a “La Torrecilla”, un lugar precioso con una torre medieval que quieren conservar. Desde allí podían controlar lo que no veían desde el Castillo “La Estrella” de Teba. Buen sitio para la foto de grupo.

Desde allí hasta llegar a la “La Lentejuela”, donde comimos, pudimos bajar por un olivar y atravesar campos de trigo y cebada, que me hicieron recordar cuando en mi infancia jugaba con mis primos utilizándolos  como grandes alfombras donde tirarnos y tendernos, allí en el “Cerro del Conde”.

Al mismo tiempo pude diferenciar claramente entre estos dos cereales que a veces me parecían iguales, gracias a mi marido que había convivido más con ellos.

Este tramo resultó duro para algunas personas, pues parecía no  acabarse esa fila como de hormigas que formábamos.







 
En este camino campo abierto, verde de primavera, con vista a Cañete y a Serrato, algo que eché de menos fueron algunos animales (aunque ya hace tiempo que se ven pocos por el campo), pues sólo vi unos pequeños negros que se llamaban “Curitas” (nunca lo había escuchado). Sobre unos enterramientos  del Neolítico, Necrópolis  Megalítica, comimos disfrutando el descanso, el bocata, la vista y la compañía.

No hay mejor descanso que después de un esfuerzo.

Frente a nosotros teníamos un escenario espectacular viendo desde lejos la sierra de Ortegicar, Huerto Sagrado.

Pepe, nuestro transmisor del saber, nos mostró magníficamente los distintos dólmenes que por esas tierras de “La Lentejuela” se encuentran.

Nos trasladó en el tiempo a 5000 años atrás; donde nuestros antepasados trataban con dignidad los restos de sus familiares o clanes en su descanso de la eternidad.

Nunca  podía imaginar que tan cerca nuestra hubiera esas piedras tan significativas.

Con este final tan sorprendente, empezó la vuelta por otro camino; pasando por cortijos en ruinas que si las paredes hablaran tendrían mucho que contar de lo vivido por allá.



 
Paramos en una era en la que Juan Duarte comentaba como podía recrearse lo que han vivido algunos de ellos.

Cuando llegamos al punto de partida donde estaban los coches, en la antigua venta Verita, comentamos un poco de lo vivido, pareciendo haber andando más kilómetros de los recorridos debido al tipo de camino; la mayoría por campos de cultivo.

Allí nos despedimos agradeciendo a Pepe el compartir con nosotros sus conocimientos y su ser.

¡ Y hasta la próxima !

Uno de mis deseos es poder envejecer caminando por la vida.


Crónica: Villi Berrocal
Fotos: Juan Duarte

1 comentario:

Antonio Comenencia dijo...

Muy buen documento,precioso el paisaje,ami me hubiese gustado de estar ahí con vosotros.
Un cordial saludo.