miércoles, 17 de marzo de 2021

                                                         RUTA DE LOS TRES EMBALSES


14 de marzo del año 2021. Circuito que transcurre íntegramente por el termino municipal de Campillos. Esta convocatoria reunió en la Esquina de los Herreros a 18 personas, a las que se les unirían Manolo Oses y su mujer Conce, en la presa del Conde de Guadalhorce. Mañana primaveral, y soplando una ligera brisa. Aparcados los coches en el arcén de la carretera, el primer hito fue subir al mirador que le da nombre a la ruta.

Alli, tras deleitarnos en las espectaculares vistas que se oteaban en el horizonte, nos tomamos la foto oficial, que es la que aparece en este blog.



El Mirador de los Tres Embalses: situado en la confluencia entre los embalses de los ríos Turón, Guadalteba y Guadalhorce, desde su rotonda se aprecian las distintas presas y centrales hidroeléctricas que componen la red hidrológica de El Chorro. Este mirador fue construido inicialmente como punto de control topográfico durante las obras de principios del siglo XX. Con posterioridad, se habilitó para uso de los numerosos visitantes de los espacios naturales. Desde él, se puede apreciar la importancia estratégica de estas grandes obras que gestionan los principales ríos de la zona norte de la provincia de Málaga.


Siguiendo la estela del que les escribe, descendimos por una ladera a través de un cortafuegos, que en un momento dado desapareció, y ante la imposibilidad de salvar los cortados que se interpusieron en nuestro camino, hubo que dar media vuelta para buscar un paso más asequible, que nos conectara con un tramo de la etapa 20 de la gran senda de Málaga. Una vez logrado el objetivo, saldado con algunos culazos y caídas, sin mayor importancia. Llegamos a lo que fue un proyecto inacabado de un complejo turistico.



 


Siguiendo un carril en ascenso, nos encontramos con las ruinas del cortijo del Chopo, y delante su era en muy buen estado de conservación. En ese entorno de verdor y con el embalse del Guadalhorce en frente, paramos par dar cuenta del refrigerio. 




Continuando hacia adelante, y llegamos a un punto en el que nos desviamos a la izquierda subiendo un pequeño repecho para ver una casa-cueva y un horno con una boca muy singular, y bien conservado, para ser de época medieval, como comentaron por allí los expertos.



Volviendo al carril llegamos a la carretera, que cruzamos para abordar el último tramo de la ruta, que era subir al cerro Rebolo, para contemplar el espectacular entorno del embalse del Guadalteba. No sin antes habernos dado casi de bruces con las ruinas del cortijo Rebolo, que aparecía en el catastro del año 
1917.




A la vuelta, y ya en nuestros coches, nos llegamos algunos a ver el desembalse del pantano del Guadalhorce. A la hora de almorzar estábamos de vuelta a casa, satisfechos de haber aprovechado otra oportunidad de la vida, para seguir haciendo lo que nos gusta y en tan grata compañía.


CRÓNICA Y FOTOS:  JUAN DUARTE BERROCAL





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