lunes, 31 de julio de 2023

                                                    CRÓNICA RUTA NOCTURNA




Esta actividad senderista se realizó la noche del sábado 29 de julio de 2023. En la Esquina de los Herreros nos reunimos las 13 personas que acudimos a participar en este evento.
Este año elegimos la zona de las Viñas para realizar el trayecto, que tenía como destino la entrada de la Cueva de Ardales.
Salimos del pueblo en nuestros coches, hasta alcanzar la cota más alta del puerto del Granizo, y desde allí empezó la caminata. Todo por un carril que recientemente han hormigonado hasta la Cueva.
Ya era la hora del ocaso y corría una ligera brisa que aliviaba algo la tórrida jornada de calor que habíamos padecido. La luna ya brillaba en el horizonte, y aunque todavía no estaba en su plenitud, su presencia siempre es bien recibida.


Entre el interludio que precede el paso del día de la noche, tanto el cielo cómo la tierra van adquiriendo una gama de colores ocres, hasta que las sombras establecen su reino.

Llegamos a un punto en el que se veia Ardales, la Peña con su castillo y las calles desparramándose hacía abajo. Nuestros pasos iban precedidos de risas y de conversaciones distendidas o de cierto calado. Como es habitual, y que sirven para ir conociéndonos mejor.


La noche terminó por extender su manto, cuando llegamos a la explanada de la Cueva. Allí sentados en su escalinata, empezamos a darle alimento al cuerpo. entre conversaciones variadas, hasta que se produjo un fenómeno que los ojos de los allí presentes vieron por primera vez en sus vidas.


Estábamos hablando de lo que cada uno pensaba del tema OVNI, tema que había sacado Mariángeles, cuando aparecieron en el cielo un rosario de pequeñas luces alineadas en fila india, y que de forma pausada  iban recorriendo el infinito, hasta que en un punto indeterminado fueron desapareciendo una tras otra.
La esplicación de tan extraño fenómeno nos la dio Angela, que consultó rapidamente en Gogle, y se aclararon todas las elubricaciones que estabámos barajando. Sin duda si esto hubiera ocurrido antes que existiera internet, ya hubieramos afirmado de que se trataba de naves estraterrestres que estaban invadiendo la Tierra.

Este es el articulo que el pasado 5 de mayo el periódico el Ideal de Granada, publicó con respecto al avistamiento de estos objetos:

"Durante la noche de ayer pudo verse en el cielo de Granada un fenómeno bastante sorprendente y extraño: una especie de tren de luces perfectamente visibles, como si fueran varios objetos iluminados avanzando en fila, recorrieron el cielo de la provincia en dirección norte. Una hilera de misteriosas luces que no solo se vieron en Granada, sino que también pudieron avistarse desde prácticamente cualquier punto de la península ibérica.

Sin embargo, no se trata de ovnis ni de ningún otro fenómeno inexplicable. Son los últimos satélites Starlink lanzados por SpaceX, la compañía de Elon Musk. Una gran cantidad de pequeños puntos de luz que atravesaron el firmamento alineados para sorpresa y desconcierto de quienes fueron testigos de este fenómeno."

El hecho de haber sido testigos privilegiados de este singular desfile celestial, nos hizo reflexionar sobre la capacidad que tiene la humanidad para alcanzar semejantes cotas de creación y avances tecnológicos, y a la vez poseer la facultad de autodestrucción.

La vuelta fue a la inversa sobre lo andado, con la noche cerrada e iluminados con la pálida luz de la luna. Tengo el convencimiento de que hay que mantener el cuerpo activo y la mente, y esto último se logra abandonando de vez en cuándo la zona de confort,y saliendose de los círculos habituales.

Crónica y fotos: JUAN DUARTE BERROCAL


                                   CRÓNICA DEL BAÑO EN EL CHARCO DE LA OLLA



El pasado 1 de julio fue mi tercera excursión con HARCA al Charco la

Olla. Como es habitual, nos reunimos en la Esquina de los Herreros y,

durante el camino, se unieron otras personas hasta completar un grupo de

quince caminantes con camino por andar.



Aunque nuestro objetivo continuaba, según comprobé más tarde, en su

lugar, sea por tratarse de una partida de andarines reducida, sea porque el

calor no castigaba tanto como en los días precedentes, el paseo se me hizo

corto, es más, también me pareció menguado a la vuelta. Comprobé que mi

calzado era normal y que no llevaba puestas las botas de siete leguas, noté

que empezaba a anochecer aproximadamente en la misma parte del

recorrido que en las ocasiones anteriores y era seguro que ni había tomado

alcohol ni ingerido, ni voluntaria ni accidentalmente, ninguna planta

alucinógena. Entonces intuí que mis percepciones espacio-temporales solo

podían tener una causa: la muy agradables compañía y conversación de las

que disfruté tanto a la ida como a la vuelta. Da igual quienes fueron mis

contertulios o los asuntos de los que hablamos, lo cierto es que viví uno de

esos ratos en los que parece desaparecer el tiempo porque son sensaciones

más plenas las que te envuelven.




El agua del charco estaba turbia, pero a casi todos nos dio igual. Lo que nos

hacía falta, su frescor, lo regalaba con generosidad. Casi todos los que nos

bañamos estuvimos a remojo hasta el momento de la merienda (o la cena,

que de ambas comidas podía tratarse; está bien, lo dejamos en merienda-

cena).    


                                                                                                                                                         Entonces ocurrió lo impensable: nos pusimos a cantar y se produjo el

milagro (hay grabación): no nos parecíamos al Orfeón Donostiarra, pero

mis muchos gallos, tantos que podría haber fundado una granja allí mismo,

bien pasaron desapercibidos arropados por las otras voces, bien los otros

excursionistas fueron tan piadosos que no me los recriminaron.





La nota exótica la puso una tortuga que emergió para acompañarnos o, más

bien lo segundo, a comer el pan que le echábamos. Me puse contento

porque creía que las tortugas no pueden vivir en aguas contaminadas, pero

después he sabido que esas tortugas en concreto, autóctona de España, sí

soporta la contaminación. Así que nos habíamos bañado en aguas turbias

de las que ignoramos su grado de pureza. Da igual: nadie enfermó.




Crónica Juan Manyel Bernal Berrocal

Fotos: Juan Duarte Berrocal

domingo, 18 de junio de 2023

                             CRÓNICA SENDERISMO A LA ERMITA DE VILLAVERDE


El 11 de junio de 2023, aprovechando los últimos coletazos de la primavera, hicimos una ruta preciosa y un tanto desafiante hasta la Ermita de Villaverde, nuestra patrona.




A las 08:30, tomamos rumbo desde la Esquina de los Herreros hasta el Camping Parque Ardales, donde aparcamos los coches. La ruta parecía de lo más prometedora y amena hasta el momento, dado que íbamos a un sitio que evocaba muchísima paz con solo nombrarlo… pero nada más lejos de la realidad, desde que pisamos tierra, todo fue un auténtico desafío. La realidad del entorno no se podía negar, siendo aproximadamente las 09:00 nos adentramos en un paraje natural lleno de árboles, pinos, flores y especies incontables, pero en definitiva, un auténtico tesoro escondido al alcance de cualquiera… o bueno, de cualquiera con mucha curiosidad y sobretodo, buenas piernas (jajaja). A la par que nos recargábamos los pulmones de oxígeno puro, descargábamos toda nuestra energía en atravesar la montaña, aquella que nos llevaría hasta nuestro destino, o eso creíamos. Después de casi una hora de “escalada” y “desescalada”, por fin divisamos la carretera, la cual atravesamos con algún que otro desafío, ¡ojo!, y eso que ésta parecía la parte más fácil del camino… pero nada más lejos de la realidad, ¡cuántas curvas! A pesar de lo extenuante del camino, pronto llegamos a nuestro destino, donde nos esperaba un precioso espectáculo de la naturaleza, una madre cabra montesa con su bebé, una monería que a muchos nos enterneció el corazón.


 


¡Y por fin llegamos a la Ermita! Una hora y media después, nuestros estómagos reclamaban un tentempié, y eso hicimos a los pies de ese emblemático lugar. Poco después tuvimos la suerte de adentrarnos en aquel templo, algo que sólo se puede hacer una vez al año, con ocasión de la Romería, el 08 de septiembre. Sin embargo, gracias a Juan y a Pepe, conseguimos la llave maestra y accedimos a ella. ¡Daban ganas de ponerse a cantar y a bailar sevillanas!

 



Una vez tomamos asiento, Pepe y Paco Ortiz nos deleitaron con algunas anécdotas sobre este escondido monumento. Pepe, antiguo hermano mayor de la Hermandad de la Virgen de Villaverde, nos puso al día sobre la historia de la réplica de la Virgen, que se encontraba allí en esos momentos. Según nos contaba, la Junta de Andalucía, hace ciertos años, prohibió al pueblo de Ardales sacar a procesionar el original de nuestra patrona el día de la Romería, ya que es Bien de Interés Cultural, por ello hubo que hacer una copia exacta a todo correr, en apenas 4 meses, un taller de Sevilla la confeccionó. Además, también pudimos ver de cerca la peana de madera, bañada en oro, sobre la que debe reposar la Virgen.

 



Acto seguido, Paco Ortiz tomó la palabra y decidió hacer un turno de preguntas, aunque durante los primeros 30 minutos nos deleitó con una de sus mejores historias. No nos la contó con muchísimo detalle, pero sí nos dio la información suficiente para quedarnos con ganas de más. Para saber acerca de la historia de la Ermita, era fundamental ponernos en antecedente y remontarnos a los tiempos de Santa Argentea, la primera Santa asociada al pueblo de Ardales. Este personaje histórico vivió entre los años 913 y 931 y fue reconocida por su heroicidad, lo que dio lugar a su beatificación años más tarde. Nació y vivió toda su vida en Bobastro pero falleció en Córdoba. De su existencia no se supo hasta el año 1701, año en el cual Fray Francisco de Berganza se dedicó a estudiar todos los manuscritos del Monasterio de San Pedro (Córdoba), no obstante, hubo que esperar hasta el año 1747 para que Fray Enrique Fernando Flórez de Setién y Huidobro, en uno de los tomos de su enciclopedia, publicara dicha leyenda. Otro dato curioso al respecto es que, en 1860, "Reinhart Dozzi" fue quien reconoció por primera vez que Santa. Argéntea vivió en las ruinas de Bobastro y así lo demostró.

 


Dicho todo esto, pasamos ya sí a centrarnos brevemente en el origen de aquel lugar en el que nos encontrábamos, que se construyó 300 años antes del nacimiento de aquella Santa, más concretamente en la era 636 de Cesar Augusto (año 598 después de Cristo), hecho que está recogido en un manuscrito, cuya copia se encuentra en la propia Ermita, datando el mismo del año 1870. Se piensa que este santuario pudo ser una Iglesia de Bobastro, de hecho, ésta aparece recogida en la crónica árabe, y a mayor abundamiento, así lo podemos deducir del hallazgo del arqueólogo Rafael Puertas Tricas, quien descubrió enterramientos cristianos en la mencionada ciudad.

 


Siendo las 11:45, marchamos rumbo de vuelta, con las pilas recargadas y un poco expectantes con el camino de vuelta.

Cuando el itinerario parecía llegar a su fin, Juan nos dio una refrescante sorpresa, ya que coincidiendo con la ruta de la tapa, nos acogieron en la fábrica de cervezas "Gaitanejo", donde nos esperaban unos ricos refrescos, cervezas y tapas deliciosas. Con un broche de oro, pusimos fin a la ruta.


 


Y colorín colorado, está crónica, se ha acabado. 👏🏻

Ángela Becerra Florido

          Fotos: Juan Duarte Berrocal 







lunes, 22 de mayo de 2023

                                                        VIAJE CULTURAL A JAÉN





 

6 de mayo de 2023. Socios de Harca y otras personas que se habían inscrito nos reunimos para una visita guiada por la ciudad de Jaén. Volvimos al lugar de partida sobre las 21:20, casi catorce horas de excursión de las que algo más de seis estuvimos en el autobús, completo, con una parada de casi media hora para el desayuno. También tuvimos la suerte de que el guía contratado fuese realmente cercano y buen conocedor de aquello que nos mostraba y explicaba.



Como en el Museo Provincial nos obsequiaron a cada uno con una bolsa con un tarrito de aceite y varios folletos (algunos, libritos) que explicaban lo que habíamos visto o íbamos a ver, me parece innecesario dar detalle de lo mucho que la visita nos deparó: los baños árabes en el palacio de Villardompardo; el archivo provincial en el convento de Santo Domingo; el refugio antiaéreo, que según el guía se adecuó aprovechando las criptas de una iglesia; el Arco de San Lorenzo, con su leyenda de fantasmas que incluso hoy hace sentir escalofríos; los museos iberos y provincial, con sus impresionantes colecciones de escultura ibera; el Hospital de San Juan de Dios o el Palacio del Condestable Iranzo. Por supuesto, la Plaza de Santa María, donde el Ayuntamiento neoclásico y neobarroco y el Palacio Episcopal flanquean a la imponente Catedral de la Asunción, con sus pasadizos secretos que harían las delicias de cualquier niño y, por qué no, de cualquier adulto, y que además conserva una de las grandes reliquias de la cristiandad: el Lienzo del Santo Rostro.





Historia, civilización y arte. Pero también los pobladores de tierras y tiempos que nos parecen remotos. Esas son las patas de la mesa en torno a la que debemos sentarnos para trazar el camino que seguir.



Antes de esta visita yo sabía muy poco de la ciudad de Jaén: que para el tapeo no desmerecía en absoluto frente a Granada o que la provincia produce el 20 % del aceite de oliva del mundo.



Tuve ocasión de comprobar, a la hora de la comida, que lo del tapeo es cierto: tapas exquisitas, abundantes, a muy buen precio y de las que se sienten tan seguros quienes las ofrecen que el consumidor no tiene que molestarse en pedir: encarga la bebida y, con ella, le servirán esa pequeña porción de comida que permite saborear varios platos en lugar de uno o dos.



Me asombraron, sin duda, las esculturas iberas. Los españoles tenemos la costumbre de pensar, con demasiada frecuencia, que las cosas importantes o más interesantes ocurren fuera, y no es así. Estas esculturas, tal vez de influencia fenicia, acreditan que en esta piel de toro que hoy llamamos España, o España y Portugal, funcionaban ciudades y una civilización que deben hacernos sentir orgullosos. Vale que los romanos nos conquistaron, pero vale también que dos de los más grandes emperadores de Roma, Trajano y Adriano, eran hispanos, aunque el segundo no de nacimiento. También Séneca era hispano y grande fue su influencia tanto en la política de su tiempo como en el pensamiento futuro.




A la vuelta, por supuesto, a arreglar el mundo con mi compañero de asiento en el autobús. Una jornada memorable y que puede servir de base para otras. Tenemos que conocer lo nuestro, no solo lo más cercano, para saber quienes somos y sacudirnos esa peste de leyenda negra que con tanto éxito fabricaron los enemigos de nuestra España, faro de la civilización.





Crónica: Juan Manuel Bernal Berrocal                              Fotos: Juan Duarte Berrocal