jueves, 7 de julio de 2016

** CHARCO LA OLLA, CRONICA Y FOTOS**

Crónica excursión” Charco La Olla”
Habíamos quedado a las 7 de la tarde en la esquina de Los Herreros. Tuvimos que esperar unos minutillos debido a la falta de algunos componentes que llegaron en breve. Fue entonces cuando se emprendió el camino hacia el que iba a ser nuestro próximo destino, “El Charco la Olla”. Yo, con más ganas de llegar que de disfrutar  del camino, lo emprendí solitariamente en bici; también porque más tarde le haría falta a mi padre para ir a trabajar.




Bueno, como es obvio, yo llegué allí solo y me dio el suficiente tiempo a bañarme y saborear aquel momento en compañía de la madre naturaleza. Mientras, el grupo caminaba bajo una incesante calor, lo que les daba aún más ganas de llegar a este lugar tan precioso que yo ya había probado.
Tras una larga espera en aquella gran piedra, los divisé llegando por fin a donde yo me encontraba. Pero antes, Juan se dirigió monte arriba para llegar hasta un antiguo “cao”, que al parecer podría haber sido construido en la época de los musulmanes para transportar el agua de la sierra.

 Después de esto ya si tocaba un buen refrescón en el charco. Aunque yo diría que les costó un pelín conseguir entrar debido a la abundante presencia de zarzas, y que a más de uno hasta logró tirar …
Y así, tras un largo rato de disfrute, risas, regeneración de algunas heridillas gracias a aquellos fantásticos pececillos y como no, fantásticas fotos de un atrevido tirándose de aquellas altas piedras, emprendimos la vuelta para pararnos en un lugar pegado a la ribera del río donde todos comimos, escuchamos una fantástica historia y saboreamos aquella ocasión tan bonita y única, por última vez.
Entonces, mi padre se marchó con la bici; y poco después todos retomamos la vuelta por aquellas fantásticas tierras que posee la Villa de Ardales, la  nuestra.
Y así, tras un camino acompañados solamente por la naturaleza y las estrellas, que empezaban a salir; volvimos contentos y bien servidos.  
                       Autor: David Bravo Berrocal
Fotos: Juan Duarte Berrocal.

No hay comentarios: