martes, 25 de octubre de 2016

VISITATIONUM CHONICON AD OSUNA

La visita a Osuna, pueblo enclavado entre la sierra sur y la campiña sevillana, ha resultado doblemente interesante por el paisaje urbano y por las profundas huellas arquitectónicas que la historia ha dejado en la que fue centro del estado ducal de los Osuna.
En las estribaciones de la sierra sur y coronando una colina, se visitó en primer lugar la gigantesca cantera, una enorme y enrevesada galería de piedra de donde a lo largo de los siglos se ha ido extrayendo todo el material necesario para levantar los monumentos del pueblo. Impresiona por la monumentalidad geométrica de sus galerías y por la forma actual de una entrada que ha venido a convertirla en una especie de memorial que nos conduce a la época en que los iberos debieron de iniciar su explotación. Dicho frontal de apertura está adornado con gigantescos grabados en piedra que trasladan a ese tamaño copia de los originales qu se encuentran en el Museo Arqueológico Nacional.





Fuera ya episodios históricos como el apoyo prestado a los hijos de Pompeyo frente a César, Osuna adquiere relevancia a partir del siglo XV cuando don Pedro Girón cambia los caballeros calatravos esta villa por la de Fuenteovejuna con el propósito de convertirla en capital de un pequeño estado ducal. La finalidad no era otra que la de ascender en la escala nobiliaria a través del mayorazgo creado para su hijo Alfonso Téllez Girón, primer conde de Ureña. Fueron estos años los que dotaron a Osuna de un esplendor arquitectónico y ceremonial inigualables. Visitamos para poder aquilatar esto la monumental universidad de Osuna, famosa tanto por sus profesores como por algunos singulares alumnos. Nos detuvimos en el patio claustral y en admirar las espléndidas salas decoradas con pinturas murales.








Obra así mismo del 4º miembro de la estirpe de Ureña es el edificio de Colegiata,construido todo él en obra de cantería; en realidad un panteón que en tres niveles servía para conservar la memoria y el poder de la propia estirpe.
Igualmente nos detuvimos en el monasterio de la Encarnación, antiguo hospital rehabilitado por la orden mercedaria, que presenta un patio porticado de espléndidos azulejos sevillanos del siglo XVIII (estaciones del año, escenas de montería, los cinco sentidos, etc). Contiene entre otras joyas una magnífica colección de imágenes del Niño Jesús de los siglos XVI al XVIII.
Otra joya singular visitada por la mañana fue la plaza de toros escavada en piedra en su totalidadObra así mismo del 4º miembro de la estirpe de Ureña es el edificio de Colegiata,construido todo él en obra de cantería; en realidad un panteón que en tres niveles servía para conservar la memoria y el poder de la propia estirpe.
Igualmente nos detuvimos en el monasterio de la Encarnación, antiguo hospital rehabilitado por la orden mercedaria, que presenta un patio porticado de espléndidos azulejos sevillanos del siglo XVIII (estaciones del año, escenas de montería, los cinco sentidos, etc). Contiene entre otras joyas una magnífica colección de imágenes del Niño Jesús de los siglos XVI al XVIII.
Otra joya singular visitada por la mañana fue la plaza de toros escavada en piedra en su totalidad y recinto monumental que vuelve a dar idea de la complementariedad perfecta que la naturaleza y el arte han sabido guardar siempre en Osuna.





Crónica: José Lara,
Fotos: Alfonso Martinez y Juan Duarte.
Video: Tere Paz.

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