miércoles, 15 de julio de 2020

PASEO Y BAÑO EN EL CHARCO LA OLLA

El pasado viernes 10 de julio, un año más volvimos a realizar esta actividad, que ya es tradición en Harca. No por repetida deja de tener su encanto. A parte de que siempre se incorporan gente que lo hace por primera vez o que no conocía el lugar.  Salimos a las 7 de la tarde desde la Esquina de los Herreros y con el sol todavía alto y calentando con la intensidad de principio de verano. Es un paseo cómodo, casi llano y en el que una vez se ha pasado el arroyo de los Majadales, la senda empieza a transcurrir muy cerca de la ribera del río.Que aunque no se ve por la vegetación circundante, si se escucha y se huele.

Entretenidos en nuestras charlas discurre un tiempo que se acorta siempre que estamos a gusto, y sin darnos cuenta entre las adelfas, zarzamoras y otros arbustos de ribera, divisamos la parte más alta del peñón que como pétreo centinela vigila las aguas del Charco la Olla.
 Pero unos metros antes de zambullirnos en sus aguas, nos desviamos unos metros para contemplar el acueducto del antiguo cauz, que la fuerza de Dana limpió de la maleza que casi lo enterraba.
De los 12 que fuimos de salida, la mitad nos zambullimos en sus frescas aguas, aunque no se puede decir transparentes. Pero eso daba igual, las risas estaban garantizadas.Llegó la hora de dar cuenta del bocadillo, y en esa estábamos, cuándo se nos unió a la tertulia, Adolfo y su hija. Después de la foto oficial, la vuelta, mientras se iban encendiendo las estrellas y las ranas cantaban alegres sabedoras de nuestra alegría.
Mientras que los derroteros de la vida nos lo permitan, Harca volverá cada año al ritual del Charco la Olla.
Fotos; José Juan Bravo y Juan Duarte. Crónica: Juan Duarte Berrocal

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