viernes, 8 de octubre de 2021

                Viaje cultural a Cabra 

Cuando terminó el estreno de su novena sinfonía Beethoven, entonces totalmente sordo, no ´supo del entusiasmo, aclamación y vítores del público hasta que uno de los músicos lo hizo girar en el escenario para que viera a los entregados espectadores. Él había estado imaginando el sonido de la orquesta de cara a ella y siguiendo la partitura.

Yo no estuve en la excursión de Harca a Cabra del 3 de octubre, pero por las referencias y comentarios de Juan Duarte puedo hacerme una idea aproximada de lo que ocurrió. Cierto que ningún relato es comparable a la experiencia directa, pero también es verdad que el relato escuchado con atención puede provocar reflexiones casi idénticas a las de los excursionistas.




Treinta y ocho personas participaron, 25 de Harca y 13 invitados, aunque las visitas guiadas hubieron de hacerse en dos grupos. La guía del grupo de Juan Duarte, mi fuente para estas líneas, fue Marisol, que desde las 10:00 a las 14:00 enseñaba los que tal vez sean los puntos más interesantes de la ciudad, como las murallas, construcciones empeñadas, como en tantísimos otros lugares, en negar el supuesto paraíso de convivencia pacífica y tolerancia de un Al-Andalus de las tres culturas que nunca existió. No menos interesante fue callejear y conocer algunos rincones que preservan la belleza destilada por los siglos que ningún arquitecto puede recrear.




El Museo Arqueológico guardaba en el subsuelo una sorpresa importante, pues excavada se mostraba una habitación sin ventanas, quizás muy semejantes las que se dedicaban al culto de Mitra, deidad persa que los romanos dieron a conocer por todo el imperio, lo que me lleva a preguntarme qué problema tienen los naturales de esa ciudad con el latín, que hace que quienes deberían ser sus hijos representativos, representen más bien a los incultos de toda España. Fue José Solís, a la sazón ministro de Franco el que dijo en las Cortes que, a fin de cuentas “para que sirve el latín en nuestros días”, a lo que una voz le respondió que “para que a usted, que es de Cabra, lo llamen egabrense y no otra cosa”. >No se quedó atrás hace menos años la hasta hace poco Vicepresidenta 1ª del Gobierno, además de egrabense licenciada en Derecho, por lo que algunos latines debería saber y que se mostró sumamente ofendida porque en el Congreso un diputado acabó la frase con la que se dirigía e ella con el término “dixit”, dijo, que la ilustre que no ilustrada señora entendió que era uno de los ratones de Hannah-Barbera Pixie y Dixie. En fin…






En fin, la otra visita antes de comer fue al Museo de Historia Natural, abundante en fósiles y otras creaciones de la naturaleza.



Desde las 14:00 y hasta las 17.00, hora del regreso, cada cual se dedicó a lo que estimó oportuno. Espero que alguno se deleitara con los flamenquines, el guiso de cardos, las patatas rellenas de carne o las aceitunas con muy variados y exquisitos aliños.

No me resisto a terminar sin citar un sugestivo y delicioso librito de Italo Calvino, “Las ciudades invisibles”. En el que describe decenas de ciudades que, por definición no pueden visitarse. Tal vez Juan Duarte haya hecho de Cabra una de esas ciudades invisibles para mí.


Juan Manuel Bernal Berrocal ( Crónica desde la ausencia).
Fotos: Juan Duarte Berrocal.

La iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y Ángeles, también denominada como Mezquita del barroco, ​​ se encuentra en la localidad de Cabra, Córdoba. Se encuentra enmarcado en el barrio histórico de la Villa, junto al castillo de Cabra, y fue lugar de bautismo del poeta egabrense Juan Valera en 1824.​El edificio está formado por cinco naves, siendo la central algo más ancha que las laterales, organizadas por hileras de arcos peraltados sobre columnas y cubiertas con bóvedas de cañón con lunetos y fajones sobre adornos de yeso. En su interior destacan 44 columnas realizadas en jaspe rojo de la Sierra de Cabra, así como el blanco encalado. Desde el 9 de junio de 1982 es considerada Bien de Interés Cultural en la categoría de Monumento

En la fundación Aguilar y Eslava, se encuentra una exposición titulada "el Hombre de la Sábana", que recrea la pasión de Jesucristo, en la que se puede ver cómo fue la muerte y elmartirio del redentor, y cómo pudo ser la fisionomía  a través de las huellas que dejó el cuerpo impresas en la sabana Santa.
Réplica del Santo Grial, tomada del original que se encuentra en la catedral de Valencia.
Así pudo ser el sepulcro que albergó el cuerpo del Crucificado.




No hay comentarios: