sábado, 21 de abril de 2012

CRONICA CIRCUITO SENDERISTA. EL SERRAJON, EL CAPELLAN,TURON.

La mañana del 15 de abril, al levantarme me asomé a la ventana, un viento gélido y fuerte azotó mi rostro, mientras en el cielo oleadas de nubes de luto danzaban. ¿Quien me mandará a mi? me pregunté con lo bien que estaba metido en el cálido lecho.
! Nada ¡, la responsabilidad y el compromiso adquirido es sagrado, mi particular biblia.
No era el luminoso día primaveral que sonábamos, quizás más propio del invierno que acabamos de dejar atrás. En esta ocasión a la convocatoria acudimos 23 personas, y curiosamente el género femenino superó al masculino 14 - 9. Acontecimiento singular y llamativo e ilustrativo,!chapeau¡.
 Los inasequibles al desaliento de Harca estaban allí como siempre y también como siempre se nos unieron personas que aunque no pertenecen a la Asociación comparten nuestro mismo espíritu.

La subida al Cerrajón, y tras pasar por el calvario se hizo rauda y veloz, para entrar en calor y para huir de las impetuosas caricias del viento de poniente que con especial ahinco nos saludaba. Allí y al respaldo tomamos aire, (por si no teníamos suficiente) e hicimos la primera parada. A partir de ahí el camino se hizo más llevadero e incluso el sol a ratos le ganaba la partida a las nubes.
 
Impresionantes vistas del tajo canana nos indicaban que el Capellán estaba cerca. Antes dejamos atrás una triste arqueta donde originalmente estaba la idílica fuente de el colegial, y un poco más adelante el pilar de piedra recientemente construido y que recoge sus aguas, este año de sequía practicamente cae un hilo.


 Un cartel  a  la derecha nos indicaba que podíamos acceder a la ruta del Manantial del cortijo del Capellán, hoy reconvertido en apartamentos rurales, pero al tratarse de una propiedad privada decidimos continuar y aceptar la propuesta de Alfonso, y aunque no estaba programado, nos dirigimos hacia arriba para ver las cuevas de Gargaraceite ya en el termino municipal de Casarabonela. Estas casas-cuevas estuvieron habitadas hasta hace relativamente poco tiempo, y se conservan bastante bien, pese a que recientemente se le ha dado uso para encerrar ganado caprino. Cuando descendíamos buscando enlazar con la carretera de El Burgo nos sorprendió una ligera granizada para que la jornada fuera completa, pero nos rehicimos en las huertas de Turón, dando cumplida cuenta de una reconfortable comida al lado del antiguo molino. El regreso lo hicimos por el carril y no bordeamos el río. La sombra de las torres del Castillo de Turón, nos infundió el valor de sus centenarios moradores para abordar los últimos kilómetros. Misión cumplida y la satisfacción una vez más, de haber puesto una nueva pica en nuestro particular Flandes.


Crónica : Juan Duarte Berrocal.
Fotos: Alfonso Martinez y Juan Duarte.

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