lunes, 9 de abril de 2012

IV TALLER DE JUEGOS INFANTILES. CRONICA.

Inicialmente estaban previstos para el 3 de abril, pero debido a la lluvia se aplazaron al día 5.
La participación este año ha sido más escasa, 13 niños y niñas y tres monitores. Pero esto no ha restado un ápice de entusiasmo y de diversión de todos cuantos nos congregamos en el campo de fútbol de El cruce. Instalación que nos ofrece el Ayuntamiento de Ardales, que colabora con Harca en todas las solicitudes que le hacemos desde nuestra creación.

Una vez más, y a lo largo de toda la mañana, se desarrollaron una serie de juegos, conocidos algunos por los niños, aunque con distintos nombres, caso de San Juan de Villa Naranja, que ahora llaman el Poliladro y otros que con el devenir del tiempo casi han caído en el olvido, sino fuera por iniciativas y talleres de este tipo, que los rescatan de un pasado que cada vez es más lejano. Juegos tan populares para tantas generaciones como el hoyuelo, Perico quien te picó, carrera de platillos, el puente de los negritos, gorripato, carrera de cangrejos o el tren que sea para atrás y para adelante, practicamente son desconocidos para esta generación del siglo XXI. Niños y niñas que permanecen menos tiempo en la calle y más horas frente a la pantalla de un ordenador con la Play-stación, apoltronados en una silla y estaciados por los reflejos de la irrealidad.
Aunque queda clara una cosa, los niños siempre serán niños y nunca perderán la capacidad de soñar con mundos imaginarios en donde se convierten en protagonistas de aventuras singulares, héroes de ilusión y salvadores de la humanidad, con una espada de madera o a los mandos de un computador. Fuegos de artificios de un tiempo en donde los relojes casi se paran y que nada es lo que parece, ala espera de vivir la vida con todas sus consecuencias, aunque el arco iris de la infancia siempre estará allí, con sus colores intactos.















Crónica y fotos: Juan Duarte Berrocal.

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